DE VUELTA AL COLE

Con el inicio de la rutina y las actividades deportivas de niños y adolescentes, es crucial asegurar que su salud sea apta para practicarlas. Un apto físico ofrece esta valiosa información.

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El apto físico es un acto de responsabilidad médica. El pediatra, especialmente si no ha conocido al paciente desde su nacimiento, debe realizar un examen clínico y solicitar estudios para confirmar que el niño puede realizar actividad física.

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Procedimiento:

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1. Entrevista médica: Se obtienen antecedentes del niño y sus padres, indagando sobre enfermedades pasadas o presentes, como epilepsia, enfermedades tiroideas, escoliosis, miopía, asma y cardiopatías. Toda información es importante.

2. Carnet de vacunas: Se verifica que las vacunas estén completas. Si falta alguna, el médico indicará su aplicación.

3. Examen físico: Se controla peso, talla y tensión arterial. Se detectan patologías como escoliosis, soplos cardiacos, diabetes o hipertensión arterial, enviando al niño a un especialista si es necesario.

4. Evaluaciones adicionales: Se incluyen valoraciones cardiológicas, oftalmológicas, odontológicas y auditivas, especialmente al ingresar a preescolar.

 

Valoración cardiológica

Para adolescentes que realizan deportes competitivos o intensos, se puede solicitar una evaluación cardiológica. Un cardiólogo evaluará si son necesarios estudios complementarios como ergometrías, ecocardiogramas o holter.

 

Chequeo en el Centro médico Mede.

Ofrece un circuito especial para realizar el apto físico en dos horas, dirigido a niños y adolescentes. Incluye consultas en distintas áreas, finalizando con una evaluación pediátrica para extender el certificado. Esta evaluación es una excelente oportunidad para la atención, detección y control de enfermedades del niño, y se recomienda realizarla anualmente.